El nombre de la flor del delfinio está totalmente inspirado por el bello animal del delfín, es más, proviene de la palabra griega ‘delphis’, que significa lo mismo en ese idioma. De hecho, su denominación no fue escogida por casualidad, sino porque la forma de esta especie se parece a la nariz de botella de este cetáceo.
Esta planta está formada por un largo tallo cubierto de flores que se abren en sucesión.
Su morfología se caracteriza porque las flores crecen en forma de racimo espigado.
Sus dimensiones más comunes oscilan entre 75 y 90 cm y puede llegar a tener hasta 2 metros de altura
Para conseguir un crecimiento adecuado es recomendable poner un tutor para que crezca recta y en dirección al sol.
Su color más común suele ser el azul o el púrpura oscuro, aunque también se pueden encontrar de otras tonalidades como en rojo, en blanco y en amarillo.
Se desarrolla en zonas de temperaturas frescas, esta especie no está muy acostumbrada a soportar el calor ni los ambientes cálidos. No obstante, tampoco son demasiado resistentes al frío y deben protegerse de las heladas. En conclusión, hay que evitar las temperaturas extremas.
Hay que procurar que no esté plantada en una tierra más bien seca, pues el terreno ha de estar humedecido y abonado para que sea fértil. No obstante, también hay que evitar lo contrario, pues si el suelo se encharca también será perjudicial para su desarrollo.