Los consejos que se pueden dar para ahorrar dinero son en ocasiones casi de sentido común, mas no por ello está de más recordarlos pues en ocasiones las cosas más evidentes son las que pasamos por alto.
-En primer lugar debemos reducir el gasto hasta adecuarlo a nuestro nivel de ingresos, a ser posible dejando margen para ahorrar de cara a posibles imprevistos. Debemos ordenar nuestros gastos y separar aquellos realmente imprescindibles, como por ejemplo vivienda o alimentación, de aquellos que sean accesorios. Una vez tengamos clara y organizada la lista de gastos, será más fácil decidir de cuales podemos prescindir en caso necesario.
En este sentido, planificar será la clave del ahorro. Organizar un presupuesto mensual es casi imprescindible cuando los ingresos son limitados.
-Una vez establecido este presupuesto mensual debe ser respetado. Debemos mantener en mente las prioridades y huir de las compras impulsivas. Los objetivos han de estar claros en nuestra cabeza; que podemos hacer con el presupuesto que manejamos, y que no podemos hacer
. -Es buena idea moderar el uso de las tarjetas de crédito tipo VISA, AMEX, etc. Comprando a crédito es muy fácil perder la cuenta de los gastos mensuales y llevarse un susto al mes siguiente. Limitar a la baja el crédito de las tarjetas puede ser una buena idea para asegurarnos de poder afrontar los pagos.
-Evitar en lo posible recurrir a créditos personales para comprar algún producto o servicio. Como en cualquier crédito, uno acaba pagando bastante más de lo que costaba inicialmente. A menos que se trate de algo totalmente imprescindible en la mayoría de casos, como por ejemplo un viaje de vacaciones o un nuevo televisor, la mejor opción es ahorrar antes de comprar.
-Si las finanzas mensuales no van muy desahogadas y tenemos diversos créditos que afrontar, podemos tratar de agruparlos en una única letra alargando el plazo total. Pagaremos más intereses a la larga, evidentemente, pero a corto plazo la cuota será más llevadera. Una solución de emergencia mientras se capea el temporal.
-Es importante no caer en el impago. Si nos saltamos alguna cuota corremos el riesgo de entrar en la lista de morosos, a disposición de cualquier banco, de la cual no es fácil salir y que convertirá en tarea poco menos que imposible conseguir que un banco nos conceda un crédito en el futuro. Si es necesario, es preferible declararse en quiebra. Incluso los particulares pueden recurrir a esta fórmula.
-No tenemos porque permanecer atados a un banco concreto. Si otra entidad nos ofrece mejores condiciones podemos trasladarnos a ella, incluso podemos subrogar la hipoteca en la nueva entidad.