Descubrí como lijar un mueble de madera para renovar y restaurar un mueble viejo.
Tips para lijar maderas
Para no dejar marcas ni rayar la madera, hay que lijar siempre en el sentido de la veta.
Antes de pintar, barnizar o darle un tinte a cualquier mueble, hay que lijarlo.
Para lijar superficies pequeñas que tienen algún desperfecto, una mancha de un vaso o una quemadura de cigarrillo, se puede envolver un listón redondo con una tira de papel de lija.
En el caso de superficies planas, se envuelve el papel de lija en un taco de goma o corcho y se pasa por la zona con suavidad. Este mismo taco sirve para biselar a la perfección el canto de un tablero.
Para el lijado de las molduras conviene utilizar una almohadilla abrasiva. Si la superficie es grande, se puede utilizar una lijadora eléctrica orbital.
La mejor opción para pulir madera es hacerlo a mano.
Para ello hay que tener en cuenta el grosor de los granos de la lija:
- los más gruesos son más abrasivos y se utilizan para el primer trabajo en superficies sin cepillar o para eliminar pinturas viejas
- los de grano medio son adecuados para un primer afinado de superficies lisas
- los más finos están indicados para repasos delicados.
Una vez que se ha seleccionado la lija más adecuada para la superficie y trabajo que se va a realizar, se empieza a pulir la pieza. Para no dejar marcas, hay que mover la lija a lo largo de la veta.
Cuando se lija una superficie, el pulido debe ser homogéneo.
Para lograr un acabado sin irregularidades se debe sujetar el papel de lija con la palma de la mano.
Si el mueble tiene perfiles o molduras, la tarea será más sencilla si se envuelve el papel de lija en un soporte blando. Para esta tarea puede servir un trozo de gomaespuma, ya que este material se adapta a la superficie de la madera. Después del primer lijado se debe realizar otro más fino con un papel de menor granulometría.
Durante el proceso de lijado conviene cambiar el papel de lija con cierta frecuencia para evitar que los residuos de madera que quedan entre los gránulos arañen la superficie.
Una vez concluido el lijado se limpia el polvo resultante con un aspirador y, a continuación, se pasa por la superficie un trapo húmedo.