Cómo Enseñar a un cachorro donde hacer sus necesidades.
Un cachorro, de la raza que sea, que entra en nuestra casa, tiene necesidad de atenciones especiales y debe educarse según nuestros deseos y esencialmente, según las diversas y particulares aptitudes de cada uno.
En primer lugar debes tener paciencia, el cachorro puede ser muy pequeño aún para aprender a realizar sus necesidades en el sitio correcto, mientras él estaba con su madre orinaba y defecaba en cualquier lugar y su madre se encargaba de limpiar todo.
Fisiológicamente, el cachorro tiene necesidad de satisfacer todas sus exigencias orgánicas durante el día, de modo frecuente y abundante. Por lo tanto, lo mejor para comprender y secundar las necesidades del cachorro, aunque orientándolas debidamente sobre una base completa y recíproca comprensión.
Normalmente un cachorro de 2 meses orina cada 30′ y defeca a los 10 ‘ de haber comido. Orina inmediatamente que se despierta de su siesta o descanso. Esto te explica un poco porqué no es tan fácil que lo aprenda aún.
Hasta los 3 meses no podrá entender demasiado la idea, no quiere decir que tengas que esperar hasta los 3 meses para enseñarle, de ninguna manera, debes seguir trabajando e insistiendo, hacia los 3 meses irá respondiendo como tu esperas.
Algo muy importante es que no lo regañes nunca cuando llegas a tu casa y ves sus pipis y cacas en lugares incorrectos. Es contraproducente gritarle usando palabras altisonantes, porque se corre el riesgo de confundir la coordinación psíquica y sociable del cachorro recién llegado a la nueva vida. Él no podrá entender porqué lo estás regañando y su relación contigo podrá ir sufriendo algunas consecuencias negativas.
Con gestos amables y voz afectuosa, puede obtenerse con seguridad toda la comprensión y obediencia del cachorro. Solamente con una buena dosis de paciencia y perseverancia se podrá canalizar la exuberancia juvenil del cachorro.
Jamás frotar el hocico del cachorro sobre su orina o sus excrementos, ésta es una pésima costumbre bastante arraigada en los propietarios, además no conseguiríamos nuestro objetivo e incluso podríamos confundir al pobre perro, hasta el punto de hacerle comprender exactamente lo contrario de lo que queremos enseñarle en ese momento.
Es muy importante el refuerzo positivo, o sea siempre que el hace sus necesidades debes premiarlo con palabras de halago, caricias e inclusive alguna golosina que sea de su agrado. Este refuerzo positivo debe ser exactamente en el mismo momento que tu cachorro está realizando la conducta correcta, de lo contrario no relacionará el premio con la conducta deseada.
No le dejes comida servida cuando tu no estás, ya que así no podrás enseñarle cuando él tenga deseo de realizar sus necesidades. El debería comer 4 veces en el día y siempre en los mismos horarios, esto ayuda mucho para que vaya acostumbrando su aparato digestivo a éstos horarios y te será más fácil poder enseñarle lo que estamos hablando.
Los cachorros pueden orinar en cualquier parte de la casa menos en dos lugares: cerca de su cama y cerca de su lugar de comida, por lo que nunca debes ponerle papeles de diario o periodico cerca de éstos lugares.
Lo más importante es tener paciencia, no manifestar enojo delante de él, realizar refuerzos positivos siempre que realiza la conducta deseada y crear rutinas para no confundirlo.
En el plano de esta primera educación, es más útil el sistema de recoger en un trozo de periódico o de papel cualquiera, cierta cantidad de orina o de heces y ponerla en un rincón de la casa, en un balcón o en el cuarto de baño, en el jardín o en el patio de la casa, si ésta dispone de tal espacio, pero depositándolo siempre en un determinado punto fijo, donde se considera que el perro debe hacer sus necesidades.
Por lo menos durante cinco o seis veces al día se intentará llevar el cachorro al lugar deseado, con el fin de facilitarle la percepción del olor especial de sus deyecciones, para estimularle a volver siempre, por hábito, al mismo lugar asignado.
Al cabo de poco tiempo será posible observar que el cachorro vuelve espontáneamente, y siempre de buen agrado, al mismo lugar, y si, por olvido nuestro, no se tiene libre el acceso a su nuevo sitio particular, será el propio cachorro el que solicitará, con gestos inquietos y ladridos repetidos, la vía libre.
En el lugar preestablecido es aconsejable dejar durante un tiempo determinado los trozos del periódico o algo de arena, de modo que no se elimine, mediante excesiva limpieza, el rastro de orina o de heces, necesario para un reclamo continuo del sujeto con miras a realizar sus necesidades fisiológicas.
No obstante, cualquiera que sea la eventual infracción de nuestro pequeño cachorro, se evitará golpearle, corrigiéndole, en cambio, con infinita dulzura y con palabras afectuosas; sólo de esta forma será posible obtener resultados positivos.
Es importante aclarar que ningún perro se siente bien estando tantas horas encerrado y solo, los perros son animales muy sociables y no toleran la soledad y el encierro. Esto les puede traer problemas de conducta y comportamiento, así como dificultades en el aprendizaje.
Mientras más tiempo pases con tu perro, más tiempo podrás dedicarle al adiestramiento activo. Ésta es una mejor manera de enseñarle a tu perro a no ensuciar la casa.
