Una sala de estar estilo japonesa se caracteriza por su minimalismo, tranquilidad y funcionalidad. Este estilo busca crear un ambiente sereno y balanceado mediante la combinación de mobiliario sencillo y elementos naturales. Las paredes suelen ser neutras o de colores suaves, como blanco, beige o gris claro, proporcionando una base relajante y amplia.
El piso puede ser de madera clara o tatami, y los muebles suelen ser bajos y de líneas simples, como sofás y mesas de café en madera natural. Los cojines o alfombras pueden complementar el espacio, aportando comodidad sin recargar el ambiente.
Los elementos decorativos incluyen plantas como bambú o bonsáis, que añaden un toque de naturaleza y tranquilidad. Las pantallas de papel shoji o paneles deslizantes no solo son decorativos, sino también funcionales, permitiendo el control de la luz y la privacidad. El espacio debe mantenerse ordenado y libre de desorden, resaltando la esencia del diseño japonés de simplicidad y armonía.