Una sala de estar con una pared gris y amarilla combina elegancia y vitalidad, creando un ambiente moderno y acogedor. El gris aporta una base neutra y sofisticada, mientras que el amarillo añade un toque vibrante y energético, ideal para revitalizar el espacio.
Cómo lograr el equilibrio perfecto
- Selección de tonos: Opta por un gris suave para las paredes principales y un amarillo brillante para acentos, como una pared de énfasis o detalles decorativos. Esto mantiene el equilibrio entre neutralidad y color vibrante.
- Mobiliario complementario: Elige muebles en tonos neutros como blanco, beige o gris claro para equilibrar el contraste. Los accesorios amarillos en cojines, alfombras o cortinas pueden complementar la pared amarilla.
- Iluminación adecuada: Utiliza una combinación de luces cálidas y frías para resaltar los colores de las paredes. Las luces cálidas realzan el amarillo, mientras que las frías mantienen el gris fresco y moderno.
- Texturas y materiales: Incorpora texturas variadas para añadir interés visual. Los tapizados en gris y las alfombras o cortinas amarillas pueden aportar contraste y confort.
- Detalles decorativos: Agrega accesorios como cuadros, espejos o plantas que integren ambos colores para crear una transición armoniosa entre el gris y el amarillo.