La piel: es delicada. Se caracteriza por estar formada por pliegues, sobre todo en el cuello, lo que hace a los ejemplares de esta raza más propensos a padecer dermatitis y dolencias similares. El zinc y los ácidos grasos ayudan a reducir el riesgo de problemas dermatológicos. Hay muchos piensos y comida para perros ricos en estas sustancias.
El pelo: es fuerte, corto y liso. Alimentar a nuestro amigo canino con los piensos apropiados será vital para que el pelo luzca fuerte y brillante.
Peso: Hay que vigilar el peso de nuestro bulldog, ya que suelen ser bastante «tragones» y pueden caer en la obesidad, con los problemas de salud que eso conlleva para un animal que, además, tiene dificultades para respirar.
Dentadura: La forma de la mandíbula inferior (ligeramente sacada hacia fuera) y la disposición de los dientes, hacen que el cuidado de su dentadura sea vital para evitar malos olores y problemas en los dientes. Los piensos que evitan la formación de sarro son muy útiles para estos casos.
Carácter: Son animales cariñosos, sociables y muy buenos para convivir con niños. A la hora de reprender su comportamiento, es importante no ser muy duros, ya que son animales de temperamento sensible y que toleran mal las situaciones de estrés.
Partos: debe ser atendido siempre por un veterinario, ya que el nacimiento de estos cachorros suele complicarse debido al tamaño de su cabeza en comparación con la pelvis, no muy ancha, de la madre.
Tipos:
El bulldog americano es el que más se diferencia de los otros dos tipos. Es de mucho mayor tamaño, no suele ser tan «arrugado», es más alto y de cuerpo más esbelto.
El bulldog francés se diferencia del bulldog inglés principalmente en las orejas, ya que los bulldogs franceses tienen unas orejas que se levantan hacia arriba, no son tan caídas como las del bulldog inglés. Es muy frecuente que tengan las orejas de punta. Además, el perro bulldog francés, suele ser de menor tamaño que el inglés y, aunque también hay gran variedad en cuanto a color, los más comunes son los negros, blancos o blancos y negros.
El bulldog ingles tiene una cabeza ancha y grande, un cuerpo compacto y fuerte, patas cortas y orejas ligeramente caídas. No hay un único color característico de este tipo de bulldog, pero el bulldog inglés marrón y blanco es, quizá, el más común.