En una sala de estar pequeña, un sofá beige se convierte en el punto focal, brindando una sensación de luminosidad y amplitud al espacio.
La decoración se realza con plantas, que añaden frescura y vitalidad, creando un ambiente acogedor y natural.
El contraste entre el sofá suave y las plantas vivas añade un toque de elegancia y serenidad al ambiente, convirtiendo esta sala de estar en un refugio acogedor para relajarse y disfrutar de la naturaleza en casa.