El fruto del alcornoque, conocido científicamente como Quercus suber, es el resultado del alcornoque, un árbol característico de la región mediterránea. Este árbol es famoso principalmente por su corteza, que se utiliza para producir corcho, pero su fruto también tiene un papel importante en el ecosistema.
El fruto del alcornoque es una bellota que, a diferencia de otras especies de roble, presenta una cáscara dura y rugosa. Estas bellotas suelen ser pequeñas y redondeadas, y contienen una semilla que sirve como alimento para diversas especies de fauna silvestre.
Las bellotas del alcornoque juegan un papel crucial en el ecosistema, ya que son una fuente nutricional importante para animales como jabalíes, ciervos y pájaros. Además, el alcornoque en su totalidad, incluyendo su fruto, contribuye a la biodiversidad y la sostenibilidad de los bosques mediterráneos.