La gardenia de flor blanca, conocida científicamente como Gardenia jasminoides, es un arbusto ornamental apreciado por sus elegantes flores blancas y su fragancia delicada. Ideal para jardines y patios, la gardenia aporta un toque de sofisticación y belleza a cualquier espacio exterior.
Características y cuidados de la gardenia de flor blanca
- Características: La gardenia es un arbusto perenne que produce flores grandes y fragantes de color blanco, que pueden aparecer durante la primavera y el verano. Sus hojas son verdes, brillantes y coriáceas, proporcionando un contraste atractivo con las flores.
- Luz: Prefiere luz indirecta brillante o sombra parcial. Aunque puede tolerar algo de sol directo, la exposición prolongada puede dañar sus hojas y flores.
- Riego: Mantén el suelo constantemente húmedo pero no encharcado. Riégala regularmente, especialmente durante los períodos de calor, y evita que el suelo se seque completamente entre riegos.
- Temperatura: La gardenia prospera en temperaturas cálidas, entre 18°C y 24°C. Protege la planta de heladas y temperaturas extremas, ya que no tolera el frío intenso.
- Humedad: Disfruta de ambientes húmedos. Si el aire en el interior es seco, considera utilizar un humidificador o colocar la planta en un área con mayor humedad.
- Fertilización: Aplica un fertilizante equilibrado cada 4-6 semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Reduce la fertilización durante el invierno, cuando la planta está en reposo.
- Cuidados adicionales: Poda después de la floración para mantener su forma y fomentar un crecimiento más denso. Revisa regularmente en busca de plagas como ácaros o cochinillas y trata si es necesario.
